Horizonte estratégico
Bruselas celebra el día de Europa mientras se plantea una nueva ampliación a Ucrania y los Balcanes
Los países europeos debaten cómo prepararse para un club de más de 30 Estados miembro, un asunto que determinará las elecciones del 9 de junio
La Unión Europea volvió este miércoles a conmemorar el 9 de mayo ,día de Europa, a un mes de los comicios a la Eurocámara que tendrán lugar el próximo 9 de junio y que suponen el comienzo de una nueva legislatura europea. El 9 de mayo de 1950,Robert Schuman, ministro francés de Asuntos Exteriores, pronunció la Declaración que lleva su nombre y que dio lugar a la creación de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Entonces formada por tan sólo seis miembros (Francia, Alemania, Occidental, Los Países Bajos y Luxemburgo), este organismo fue la primera institución supranacional del entonces embrionario proyecto de integración europeo que tenia como objetivo principal impedir que una nueva guerra asolara el Viejo Continente tras el reguero de sangre de dos contiendas mundiales. “La puesta en común de las producciones de carbón y de acero (...) cambiará el destino de esas regiones, que durante tanto tiempo se han dedicado a la fabricación de armas, de las que ellas mismas han sido las primeras víctimas.", asegura la declaración.
De los seis miembros iniciales se ha pasado a Veintisiete (tras la salida de Reino Unido) y este pasado 1 de mayo se celebró también el 20 aniversario del conocido como Big Bang europeo, cuando los 10 países perteneciente al antiguo talón de acero entraron a formar parte del club comunitario. Una ampliación que ha dejado sonrisas, algunas lágrimas e interrogantes sobre la capacidad que tiene la Unión Europea de absorber a nuevos miembros.
Precisamente el acercamiento a la Unión Europea y a la OTAN de los países pertenecientes a la extinta Unión Soviética ha sido el principal desencadenante de la invasión de Ucrania por parte de las tropas de Vladimir Putin. La concesión del estatus de candidato a Kyiv en tiempo récord ha espoleado el debate sobre nueva nueva Ampliación, ya que los países de los Balcanes Occidentales, que llevan décadas esperando la entrada a la UE, han acusado a Bruselas de doble rasero. A su vez, la guerra en Ucrania ha supuesto un nuevo recordatorio de la necesidad de que los Veintisiete establezcan mejores relaciones con sus vecinos e intenten contrarrestar la influencia de potencias como China y Rusia. La última visita este miércoles del mandatario chino Xi Jinping a Serbia, donde ha sido agasajado con todos los honores, supone una nueva advertencia.
La Ampliación a nuevos miembros será una de los principales debates de un previsible segundo mandato de la Comisión presidida por Ursula von der Leyen que deberá poner los cimientos para reformar un club más de 30 miembros. Aunque el Ejecutivo comunitario no quiere poner fechas, el presidente del Consejo, Charles Michel, presiona para que 2030 sea la fecha clave.
La Unión Europea siempre ha sido un proyecto abierto y en constante cambio ya que, como aseguró la declaración de Schuman, en unas palabras que son recordadas cada 9 de mayo, “Europa no se hará de una vez ni en una obra de conjunto: se hará gracias a realizaciones concretas, que creen en primer lugar una solidaridad de hecho."
Esa solidaridad de hecho puede expandirse y el debate sobre los cambios que deberán realizarse en un futuro ya ha comenzado. La Comisión Europea presentó una primera hoja de ruta el pasado mes de marzo en la que propone que los países candidatos puedan unirse gradualmente al mercado único, aunque oficialmente no pertenezcan todavía al club europeo siempre y cuando el proceso esté basado en el mérito.
Una iniciativa que va en la misma línea que las ideas presentadas por países como Alemania, Francia y Portugal. A pesar de esto, la Comisión Europea quiere evitar que este plan cristalice en una Europa a la carta, en la que cada miembro potencial pueda decidir qué partes de la Unión Europea elige sin hacer frente a las obligaciones derivadas de la pertenencia al club. Por eso, corresponderá a las capitales europeas establecer los diferentes pasos y los deberes que contrae el país candidato según se va acercando paulatinamente al proceso de integración europeo. El documento, que todavía no es una propuesta legislativa, analiza las implicaciones para el presupuesto, la gobernanza, los valores y la políticas.
El otro punto de este plan consiste en hacer cambios a la regla de la unanimidad que rige para la adopción de ciertos ámbitos como fiscalidad y política exterior. Un modus operandi que a menudo supone que un solo país pueda bloquear la adopción de un paquete legislativo y que esto se convierta en una arma de chantaje político, como ha sucedido en los último años con los vetos de la Hungría de Viktor Orban.
Bruselas propone que, sin tener que recurrir a una complicada e incierta reforma de los Tratados, se puedan apelar a una serie de “pasarelas” ya incluidas en la legislación europea para terminar con esta regla de unanimidad. Esta idea no es nueva y ya fue planteada por el anterior presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker. La iniciativa quedó en punto muerto, ya que para cruzar estas “pasarelas” se necesita la unanimidad de las capitales, lo que no fue posible de alcanzar. Consciente de esto último, el texto presentado en el mes de marzo pide incrementar el número de votaciones por mayoría cualificada, pero con salvaguardas para los intereses nacionales considerados estratégicos.
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