Política

Sevilla

La investidura: el prólogo para 100 días de levantar alfombras y gestos

La primera medida será la bonificación al 99% del Impuesto de Sucesiones y Donaciones

El próximo presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno / Foto: Manuel Olmedo
El próximo presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno / Foto: Manuel Olmedolarazon

La primera medida será la bonificación al 99% del Impuesto de Sucesiones y Donaciones

El punto de partida está marcado y es una promesa que viene de la época de Arenas: «aprobar los mecanismos legislativos y presupuestarios para que de manera inminente se pueda bonificar el 99% del Impuesto de Sucesiones y Donaciones». El discurso de investidura de Juanma Moreno será un compendio de la veintena de medidas acordadas con Cs para llevar a cabo en los 100 primeros días de Gobierno. «Andalucía ha votado cambio y lo quiere de manera inmediata», repite Juanma Moreno, que cuando jure el cargo a finales de la semana pasará a ser el sexto presidente andaluz y pondrá fin a cerca de 37 años de Gobiernos del PSOE. Moreno y Marín pasarán a gestionar los 34.759 millones de las cuentas prorrogadas.

Gran parte de las primeras acciones del nuevo tiempo guarda relación con la regeneración. Una auditoría integral e independiente de la Junta dará a conocer la situación real de las cuentas públicas, los organismos realmente superfluos y las irregularidades bajo las alfombras. Del diagnóstico dependerán las primeras decisiones. El ahorro que se espera obtener se destinará a una política transversal de empleo y a mejorar los servicios públicos. El nuevo Presupuesto no estará antes de julio. El calado de la promesa de la bajada de impuestos dependerá en gran medida de la mejora económica en la comunidad, de la que dependerá en mayor medida los ingresos. Ganar en competitividad con la equiparación fiscal con otras comunidades –Madrid es el espejo– es otro de los puntos fijos en el discurso de investidura, para aprovechar «el talento» de «una tierra privilegiada» como Andalucía. Mejorar la competitividad de la comunidad es una de las «obsesiones» también de Cs.

En los primeros 100 días se reanudará la comisión de investigación de la Faffe, se pondrá en marcha la Oficina contra el Fraude, arrancará una ley de despolitización de los servicios públicos, se establecerá una tarifa superreducida para los autónomos y tendrá lugar la bajada del IRPF.

El cambio de Gobierno conllevará también el relevo, de entrada, de 660 trabajadores, entre altos cargos (273), personal eventual (239) y contratados de alta dirección (148), que fueron designados por el PSOE y que abandonarán la Junta. De los 660 empleados que saldrán, 141 tienen derecho a cesantía. PP y Cs se han comprometido al desguace de los «chiringuitos» de la Administración andaluza, la mayor empresa de la comunidad en su conjunto con más de 270.000 empleados. La Junta cuenta con 295 entes instrumentales, aunque únicamente 69 participados al 100%. Otros 75 son consorcios, fundaciones y sociedades mercantiles, con un menor control y más posibilidades de haber caído en el llamado «clientelismo». En ocho años, la Junta sólo eliminó 74 entes. Se da por seguro que entes como el Consejo Audiovisual de Andalucía, de más que escasa función, o el Centro de Estudios Andaluces –que lleva el Museo de la Autonomía y la Casa de Blas Infante, concesión a los años de influencia del PA– están nominadas para salir del organigrama. Necesariamente, los primeros consejos de Gobierno de PP y Cs conllevarán múltiples ceses y nombramientos hasta que se complete el organigrama. En un par de meses debe estar cerrada la plantilla, a la espera de los posibles litigios que se abran, como ya pasó tras la reordenación del sector tras la crisis, cuando los trabajadores de entes instrumentales acudieron a los tribunales y en muchos casos tuvieron que ser readmitidos. Hasta los trabajadores de la muy cuestionada y extinta Faffe fueron absorbidos por el Servicio Andaluz de Empleo. En los primeros 100 días, también se esperan medidas esperadas y que PP y Cs han criticado desde la oposición, como la supresión de la subasta de los medicamentos en la Sanidad (aunque hay subastas comprometidas por dos años) o de las aulas prefabricadas, en Educación. En esta última área se esperan medidas para dotar de más recursos a la enseñanza concertada. En Sanidad, la supresión de la exclusividad en el SAS.

Mirando a las municipales

Moreno y Marín, en consonancia con sus personalidades, optan por «un cambio tranquilo» y sin estridencias. El contexto tampoco invita a entrar como elefante en una cacharrería: en mayo hay elecciones municipales y autonómicas, lo que condiciona muchos movimientos en un Ejecutivo nacido como pionero ante posibles alianzas similares. La investidura apelará a la diálogo. En los primeros 100 días hay que ahuyentar los recelos a la influencia de Vox y salvar las posibles tensiones. Elías Bendodo se presenta como el equilibrista de San Telmo, como principal negociador del Gobierno. Los gestos se sucederán, como el de la probable toma de posesión fuera de Sevilla, algo sin precedentes. Juanma Moreno es también el primer presidente oriental de Andalucía, toda una promesa para una parte de la comunidad orillada históricamente ante la capitalidad.