Abuso laboral

El alcalde condenado por acoso a Nevenka Fernández defiende en un libro su inocencia

El exalcalde de Ponferrada (León) Ismael Álvarez, relata en "Escrito queda" su visión del conocido como Caso Nevenka más de 20 años después

Un grafiti de Mercedes Debellard recuerda en Ponferrada (León) a Nevenka Fernández como símbolo de la lucha contra el acoso sexual
Un grafiti de Mercedes Debellard recuerda en Ponferrada (León) a Nevenka Fernández como símbolo de la lucha contra el acoso sexualAna f. BarredoAgencia EFE

El exalcalde de Ponferrada (León) Ismael Álvarez, obligado a abandonar el cargo tras se condenado por acoso a la que fuera su edil de Hacienda, Nevenka Fernández, relata ahora en el libro "Escrito queda" su visión del conocido como Caso Nevenka, un conflicto entre lo personal y político que dividió a la sociedad local y que, tras más de veinte años, no ha cerrado heridas.

En más de 300 páginas, Álvarez explica cómo a su juicio el tribunal que le condenó quebró su presunción de inocencia, y sugiere que detrás de la sentencia hubo una conjura política y mediática cuyos instigadores, a día de hoy, todavía se sirven de su figura para hacer caja, según la sinopsis de la obra.

"Escrito queda" sale a la venta el 18 de septiembre al precio de 20 euros y el exalcalde lo presentará públicamente en Ponferrada. El 26 de marzo de 2001 la entonces concejala de Ponferrada Nevenka Fernández, a los 26 años, se convertía en la primera mujer que rompía el silencio contra el acoso sexual al anunciar una querella criminal contra el alcalde, Ismael Álvarez (PP), 23 años mayor que ella, viudo y con el que había mantenido una relación sentimental a la que él se negaba a poner punto final.

La denuncia de Nevenka desembocó en la dimisión de Álvarez como regidor tras ser condenado por acoso sexual, y obligó a la joven a irse de España con su nueva pareja para evitar la presión mediática a la que estaba siendo sometida. Nevenka había mantenido una relación sentimental con Álvarez, que muchos consideraron que fue lo que le abrió las puertas del Ayuntamiento, pero cuando decidió acabar con ella y él se negó empezaron los problemas y el acoso. Esto sumió a Nevenka en una profunda depresión que derivó en su dimisión, poco después, al ser ninguneada su sus labores municipales, según ella misma confesó.

Tras dimitir como concejala y pasar un tiempo apartada del consistorio, decidió hacer público lo que le había sucedido y denunciar al alcalde ante los tribunales, que finalmente condenaron a Álvarez y acabaron con su carrera política