El fiasco inocultable de la reforma laboral
La realidad, que tozudamente se va abriendo camino, es muy otra y nos habla de unas disfunciones en la citada Ley que provocan, nada menos, que el 72 por ciento de los contratos firmados sean temporales o eventuales, por más que las diferentes denominaciones burocráticas del Servicio Nacional de Empleo traten de ocultarlo