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ERC y Junts siguen con los presupuestos en peligro y fían la legislatura a la CUP: “Su apoyo es estratégico”

El PSC redobla la presión y se ofrece a pactar las cuentas “a cambio de nada”. El independentismo se enroca y sitúa a los antisistema como única vía posible pese a sus fuertes discrepancias

La portavoz de ERC, Marta Vilalta
La portavoz de ERC, Marta VilaltaMarc Puig Perez

Semana clave para la imberbe legislatura catalana, que apenas suma cinco meses de vida con Pere Aragonès al frente. La primera prueba de fuego llega con la presentación y tramitación de los presupuestos para 2022, un proyecto que debe servir para gestionar la pospandemia y materializar la llegada de los fondos europeos contra la Covid-19.

Este martes el Govern aprobará en el seno de su gabinete las cuentas sin contar con el apoyo de la CUP, socio de investidura y única opción para ERC y Junts pese a las sucesivas discrepancias publicitadas por los antisistema, que amagan con no apoyar su tramitación y decidirán parte del devenir de la legislatura en unas asambleas convocadas para este fin de semana. “Su apoyo es estratégico, clave”, aseguran en ERC ante un escenario totalmente incierto.

En estos momentos la apuesta es la CUP, es la vía más coherente, con ellos compartimos las líneas estratégicas de la legislatura”, ha asegurado la portavoz de ERC, Marta Vilalta, quien ha echado mano en más de una ocasión del acuerdo de investidura con los antisistema para advertir de que el compromiso del independentismo con el mandato de Pere Aragonès. Y los presupuestos, los primeros del nuevo Ejecutivo, son claves para desarrollarlo. “Es prioritario”, aseguran los republicanos, confiados de que aún hay margen para “negociar” a lo largo de esta semana y antes de que los antisistema reúnan a sus asambleas.

Las cuentas “deben reflejar la mayoría del 52%”, secundan en Junts cerrando la puerta a cualquier otro socio y señalando de nuevo a la CUP. ¿Y qué hará el independentismo para convencer a los antisistema? De momento, han trascendido varias líneas maestras del presupuesto que incluyen distintas cesiones en materia social: 750 millones en vivienda, un aumento del 30% en inversión cultural, la creación de una energética pública y una consulta sobre los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030.

Por su parte, el PSC tensa la cuerda, redobla la presión y se ofrece a negociar a cambio de nada, a cambio de que “Cataluña tenga unos presupuestos”. El Govern de Pere Aragonès tiene “dos opciones: o bien pactar los Presupuestos con los radicales, o con la centralidad política que representa el PSC”, ha avisado su portavoz adjunto, Ruben Moreno, quien ha remarcado que optar por los socialistas es la opción que puede dar más estabilidad ante los grandes consensos que cree que requiere la situación actual.

ERC está “mucho más preocupada por acordar estos Presupuestos con la CUP, que es un partido radical que da inestabilidad, que no por hacerlo con un partido como el PSC, que da estabilidad política”, ha zanjado.

Podemos también se ofrece

Los comunes, la facción que cobija a Podemos en Cataluña, también se erigen como “plan B” y se han mostrado dispuestos a trabajar para aprobar esas cuentas pese a salir del seno de un Govern que incluye a Junts, y eso por el “momento excepcional” tras la crisis del coronavirus que exige “que haya presupuestos en todas las instituciones y administraciones”.

Queremos negociar. Eso es la política. Esperemos que Aragonès esté dispuesto a hacerlo. Hacen falta también en Cataluña los presupuestos más sociales de la última década”, ha señalado el portavoz de los comunes, Joan Mena, quien ha destacado el carácter de nuevo paradigma que según él traen consigo las cuentas estatales y que les gustaría también se diera en las de la Generalitat.