Pablo Remón: “A Lorca hay que tratarlo de tú a tú”
La escritura de “Doña Rosita, anotada”, basada en la obra del granadino, le ha valido el reconocimiento por su “honestidad”
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El de Pablo Remón es uno de los nombres que más suenan entre los teatreros. Es un tipo que suele gustar. Apto para modernos y para tradicionales, es, desde ayer, el Premio Nacional de Literatura Dramática. ¿Su último éxito? “Doña Rosita, anotada”, una versión libre, una destilación en la que carga las tintas precisamente sobre ese tiempo suspendido y ese aroma de España de provincias a la hora de la siesta. Esa España mesetaria que tan bien conoce. “Es una especie de cara B de las tragedias lorquianas canónicas, donde el antagonista es el tiempo, donde se ve cómo el tiempo va arrasando un poco los ideales de juventud”, confesaba su autor días antes del estreno de la pieza teatral.
Ya nombrado ilustre Premio Nacional por Cultura, Remón (“Los mariachis”, “El tratamiento”, “40 años de paz”) lamenta la “pura demagogia” de los partidos políticos con la figura de Federico García Lorca, “una herida sin cerrar y una fosa sin abrir”, apunta. Para el autor, su vida trágica “simboliza muchas cosas y por eso es una herida no curada. Unos lo miran de su lado y otros del otro, pero su obra está por encima de las circunstancias que le tocó vivir”, explicaba a Europa Press el hombre al que se le ha concedido el galardón “por una obra honesta que resuelve con acierto, profundidad y de forma sugerente el riesgo de partir de la creación de Lorca, conocida y afianzada en el canon, dotándola de identidad propia basada en la autoficción”, reconoció el jurado. Segundo reconocimiento de esta tanda de Nacionales en el que el poeta de Fuente Vaqueros está de por medio, tras el de Teatro a Juan Diego Botto.
Así, el encargo de Jaime de los Santos (entonces responsable de Cultura en la Comunidad de Madrid) de escribir una obra inspirada en “Doña Rosita la soltera” le dio “mucho respeto” porque Lorca es “el autor más importante del siglo pasado. Pero al hacer una obra nueva, me sentí más libre y me quité un poco de ese peso: a Lorca hay que acercarse con todo el respeto, pero no con reverencia, sino tratándole de tú a tú”. Desde la primera persona, Remón ha encontrado un hilo profundo en común con Lorca, ya que el poeta escribió sobre una España de finales del siglo XIX, la España de su niñez, y al ahora premiado este aire provinciano le conecta con su propia infancia. A ese costumbrismo llevado al extremo, esa especie de comedia dramática, puede parecer tan chejoviana como pinteriana, reflejo de que Lorca es un puente perfecto entre el autor de Tío Vania y Pinter.
Se lleva, de esta forma, el dramaturgo se lleva una nueva alegría después de sobrellevar la pandemia la “de manera bastante dramática”, reconoce con la Covid-19 todavía en la cabeza: (enfermedad que pasó durante los primeros días del estado de alarma): “Pasé bastante miedo. No comparto ese discurso de ‘qué bien, que nos permitió parar’ porque fue un momento de mucha angustia para mucha gente. Y yo, que tengo un niño de tres años, pues también”.
Admite que se está “sacando un poco la cabeza” y también en el sector cultural, donde el Gobierno ha anunciado un bono para los jóvenes que Remón ve con buenos ojos: “Cualquier medida que anime a que la gente acuda al teatro me parece muy buena y más si lleva a jóvenes a descubrir ese tipo de arte que, a priori, está tan a la contra del momento actual”.