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Rueda y Coronado sí saben cómo es la familia perfecta

Ambos protagonizan la nueva película de Arantxa Echevarría, una comedia sobre el amor y la diferencia de clase
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  • Periodista. Amante de muchas cosas. Experta oficial de ninguna. Admiradora tardía de Kiarostami y Rohmer. Hablo alto, llego tarde y escribo en La Razón

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Cuesta imaginarse a José Coronado desprovisto de esa etiqueta indisociable y arquetípica de galán del cine español que apellidó su trayectoria durante la década de los noventa para meterse sardónicamente en la piel de un humilde ebanista de un barrio similar a Carabanchel que tan pronto aparece ataviado con camisetas de tirantes y cadenas de oro amarradas al cuello mientras pronuncia edificantes discursos familiares como te parte troncos de leña en un pueblo de Soria con un jersey y unos vaqueros impolutos que parecen confeccionados a medida para protagonizar el próximo anuncio de Massimo Dutti.
“En absoluto me incomoda esa consideración de galán. Cuando yo empecé en esto del cine tampoco me daban otros personajes porque no tenía nada que ofrecer. Estaba aprendiendo y con lo único que me defendía al principio era con mi facha. Había gente que opinaba que podía estar bien y eso me pareció estupendo. Cuando leí el significado de la palabra galán en el diccionario pensé que era maravilloso y que no había ningún problema en serlo. ¿Qué pasa? Que aquello estaba muy bien pero quería dar otros pasos y convertirme en un actor de verdad abordando otros registros más allá del que ya venía condicionado por mi físico. Nunca renegaré de los años de galanura en los que comí de eso ni incluso ahora, cuando mi aspecto se ha convertido en un complemento positivo de la edad”, aclara el actor.
Aceptación compartida
Sin embargo, como no hay prácticamente nada que la alquimia del séptimo arte no pueda conseguir, el ganador de un Goya por “No habrá paz para los malvados” comparte ahora cartel con Belén Rueda, Gonzalo de Castro y Pepa Aniorte, entre otros, en “La familia perfecta”, la última cinta de la siempre reivindicativa Arantxa Echevarría en la que dos familias procedentes de estratos sociales diferentes se ven obligadas a entenderse como consecuencia de la inminente boda entre sus respectivos hijos para ponerse en la piel de Miguel, el padre de la joven futura esposa (interpretada por una resuelta Carolina Yuste). Un buen hombre en palabras de Coronado, “un carpintero de barrio con una familia en armonía que vive seguro en la confianza hacia sus hijos y que se desvive por su felicidad hasta que le pueden los acontecimientos. Hasta que le supera la irrupción de una rubia maravillosa que le epata, que le atrae irresistiblemente”.
La Marilyn castellana de la que habla es, por supuesto, Belén Rueda, la madre del novio y futura suegra de la hija de Miguel: es decir, un laberíntico y lúbrico enredo de consuegros y futuros parentescos. “Creo que estamos en un tiempo de aceptarnos los unos a los otros y eso es precisamente de lo que habla esta película en la que dos familias de diferente estrato social que chocan totalmente pero a través del amor consiguen empezar a aceptarse”, indica el actor. Y aprovecha para matizar: “Nunca he buscado la perfección porque tengo un mínimo de inteligencia y me doy cuenta de que además de ser imposible, resulta súper subjetiva”.