Política exterior

Argel incordiará en todo lo que pueda

Se abre paso una disyuntiva, lo más suave es que Sánchez sabe que Rabat estaba preparando algo gordo que le puede hacer pupa. Y hay varios interrogantes: “¿Por qué?, “¿cuánto? " y “¿ahora, qué”

El líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali. EFE/Manuel Lorenzo
El líder del Frente Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali. EFE/Manuel LorenzoManuel LorenzoAgencia EFE

Si en las Escuelas de periodismo indican que hay que comenzar un artículo preguntándose qué, quien, cuándo cómo y dónde, en la saga nociva de Sánchez con Marruecos y Argelia yo preguntaría tres cosas: “¿Por qué?, “¿cuánto? " y “¿ahora, qué”.

La primera es obvia y llegó inevitablemente al Congreso. ¿Por qué Sánchez da un volantazo sorprendente en el tema del Sahara y Marruecos? Si nuestra postura de medio siglo era la de que los saharauis debían decidir lo que querían ser, si él lo había esculpido en su programa electoral (“los socialistas y las socialistas creemos” que debe haber una autodeterminación), si la ONU mantiene esa postura, ¿por qué el giro repentino sin consultar a nadie?

Los que ven la mano de Estados Unidos en todas partes, sobre todo si quieren echarle un capote al gobierno, apuntan que es la influencia de Washington valedor de un Marruecos pro-occidental. La explicación suena bien, pero no basta. ¿Tan endeudado está Sánchez con Biden, un señor que no lo recibe, que se cuadra ante un hipotético suspiro del americano? ¿ Puede abandonar del todo a los saharauis el presidente de un país que como antiguo administrador tiene una responsabilidad que no tienen Washington y París? ¿Tiene que proclamar no sólo como otros que la anexión por Marruecos es una solución justa y viable del problema sino “la más justa y viable”?¿ Era preciso decir “la más”?

Aquí hay algo raro y aunque no me gusten las teorías conspiratorias la coincidencia con las escuchas al teléfono de Sánchez te inquietan. ¿Qué potencia podía espiarlo sino Marruecos que ya espiaba a Macron y al gobierno argelino? Y entonces se abre paso una disyuntiva, lo más suave es que Sánchez sabe que Rabat estaba preparando algo gordo que le puede hacer pupa. ¿Una marcha verde sobre Ceuta o Melilla durante la Cumbre de la OTANu otra cosa sonora que lo dejaría en ridículo personal? Lo más grave es que le han interceptado una conversación sobre un tema muy serio que los interceptores no deberían saber. No nos vamos a enterar porque si la oposición pregunta Sánchez responderá que sus adversarios sólo sirven para “estorbar y estorbar”. Es decir el que preguntar sobre un tema vital de nuestra política exterior es un “incordiante y un traidor a la patria”.No hay que molestar al genial estratega cuando está cambiando a España, ¿cómo la va a dejar?, y mirando para otra parte mientras sus aliados y su partido expulsan el idioma español de una comunidad autónoma española.

¿Cuánto? Como ya conocemos el talante ético del presidente, escaso, escaso…, no podemos sorprendernos del todo por el cambio en el Sahara. Sánchez metió la pata trayendo a Ghali a espaldas de Marruecos y viendo lo que ocurrió en Ceuta se achantó y mandó una carta al Rey marroquí diciendo sin más: “El Sáhara para usted y ni me dio pesadillas meterme en la cama con Podemos ni ahora decir que es suyo”. Vale, la razón de estado lleva a la real politik y ésta a un cambio de chaqueta no muy presentable. Pero siendo el Sáhara algo capital, importantísimo para Marruecos, ¿cuánto le han dado por la cesión? ¿Por cuánto ha vendido el cambio radical de postura de España? La impresión es que por tres perras:la apertura parcial de la frontera, que vuelvan los ferrys con los marroquíes que cruzan nuestro país, lo que interesa más a Rabat que a nosotros, y no se sabe que más. Dos duros. En definitiva ha concedido nuestro apoyo a la reivindicación marroquí sobre una finca espectacular a cambio de unos espejitos y unas viseras.Un poco rarito. Lo de que eso garantiza la españolidad de Ceuta y Melilla, Sánchez dixit el miércoles, es una idiotez para que la crean sus seguidores acérrimos. ¿Cuándo y ante quién lo ha admitido el rey o un ministro de Marruecos? Nuestro presidente nos insulta con esa afirmación para catetos o ciegos seguidores.

Y hablando de ceguera, ¿ahora qué con Argelia? En Exteriores y en la propia Moncloa debe haber alguien que le haya advertido que a Argel esto le enfurecería. Es una estocada en todo lo alto. Parece evidente que Albares no es Bismarck, ni Kissinger, ni Piqué, ni Borrell, Matutes, Solana u Ordóñez, pero es inconcebible que no le dijera a su jefe que hacer el regalo a Marruecos sería una bomba para Argel. Cualquier conocedor de la zona, cualquier monaguillo sabe que Argelia quiere que el Sahara sea todo menos marroquí. Y que, en consecuencia, reaccionaria tarde o temprano coléricamente.

Solo hay que recordar como nos llevó de cabeza, cuando entregamos el Sahara a Marruecos en 1975, apoyando un fantasmagórico movimiento de independencia de las Canarias. Sólo hay que hablar hoy con un diplomático argelino. Ven rojo con el tema. No se en que mundo se mueven Sánchez y sus palmeros asegurando que Argelia es un socio serio y fiable a la misma hora en que nos daban un mazazo. Puede que Argelia no rompa un contrato firme. Ahora bien, informo gratis a la Moncloa de lo que oigo del otro lado del Mediterráneo: Están tan ultrajados, tan convencidos de que Sánchez es un fullero oportunista y opaco al que odian, que nos van a incordiar en TODO lo que puedan. Y eso, aunque el presidente y su Ministro sigan vendiendo humo, va a ser mucho. Repito, en TODO LO QUE PUEDAN. Económico (¿qué constructora española puede hoy presentarse a un concurso sabroso en Argelia?) y más. Durará años. Pardillos….