Artista

Dora Postigo: “He tenido muchas responsabilidades que igual por edad no me correspondían”

La joven de 18 años, hija de la fallecida Bimba Bosé y Diego Postigo, sigue demostrando que su versatilidad no conoce límites. Su primera incursión en el mundo del cine ha sido como protagonista de “Rainbow”, lo nuevo de Paco León

El interés de Dora por el mundo de la músico comenzó con cinco años, edad con la que se enfrentó a un piano por primera vez
El interés de Dora por el mundo de la músico comenzó con cinco años, edad con la que se enfrentó a un piano por primera vezJavier Biosca

Pese a que sus referencias musicales están atravesadas por voces y estilos tan generacionalmente alejados de su naturaleza zeta como los de Nina Simone, Amy Winehouse o Aretha Franklin, su personalísimo aspecto (mutable, caprichoso y arrojado) se acerca conscientemente al rupturismo transversal de Bowie, a la extravagancia cromática y capilar de Cyndi Lauper en la década de los ochenta o al atrevimiento libérrimo de su madre, Bimba Bosé. Ocurre, claro, que por las ramificaciones eléctricas del árbol genealógico de Dora Postigo corre brillo efervescente de farándula, destello parpadeante de creatividad y estímulo, pero sobre todo, luz de artistas: su condición de bisnieta de una musa del neorrealismo italiano como Lucía Bosé y del torero Luis Miguel Dominguín, sobrina del fotógrafo de moda Gorka Postigo, sobrina nieta de Miguel Bosé e hija del productor musical y director de cine Diego Postigo, así lo constata.

“Acojona un poco meterte en un mundo que no has tocado antes como en mi caso el cine. Al principio te sientes un poco perdida, además yo iba al rodaje sin haber dado clases previas, sin saber nada, que era realmente la intención de Paco (León): que hubiera gente sin experiencia anterior capaz de guiarse por el sentimiento de no saber hacia dónde está yendo y al mismo tiempo, actores más veteranos como Maura o Machi. De todas formas, si te soy sincera el hecho de considerarme actriz me parece como raro, me da mucho respeto”, explica la joven sobre su primera incursión en el mundo del cine como protagonista de “Rainbow”, la nueva y abigarrada revisión de “El mago de Oz” de Paco León, en la que encarna una versión estetizada y distinta de Dorothy.

Dora en un fotograma de "Rainbow"
Dora en un fotograma de "Rainbow"ImdbImdb

Con tan solo 18 años y el instituto prácticamente recién terminado, Dora aterriza del Festival de San Sebastiánteniendo claro que sus apellidos no van a condicionar su talento ni van a definir la línea discursiva de su trabajo como artista. Cuando le preguntamos sobre la inevitable influencia que un entorno familiar así de privilegiado puede haber llegado a tener en el desarrollo de sus pasiones, se muestra mucho más cortante que cuando indagamos en el origen de su conexión con la música: “Puede sonar un poco peliculero pero el amor por la música es algo que me vino muy pronto. Siempre he sentido una conexión con la música muy difícil de explicar, siempre me ha tocado en un lugar muy especial de mi cuerpo. No sé si es porque escuchaba muchísima música en la tripa, cuando me estaba cocinando mi madre. Es algo que siempre he tenido bastante claro”, afirma antes de matizar: “Ahora mismo lo que más me perturba de la música actual es el consumo rápido. Que se consuman a tanta velocidad las canciones o cualquier otro producto de la rama del arte me entristece mucho y me cabrea porque es como que hemos perdido esa paciencia para valorar lo artístico, esa paciencia para pararte una hora o dos a escuchar un disco o ver una película. Todo eso me da miedo”, asegura.

Acostumbrada desde sus primeros pasos escolares a compaginar su rutina estudiantil con sus incursiones profesionales en el mundo de la música o de la moda, Dora Postigo, Dora Salvatore (apellido materno) o simplemente Dora, como quiere trascender y presentarse, reconoce haber llevado esta disociación entre la vida adulta y la ligereza de la adolescencia “bastante bien para todo lo intenso que ha sido”, aunque remarca que “tampoco ha sido fácil. He tenido muchas responsabilidades que igual por edad no me correspondían, los días se hacían mucho más largos: igual ocho horas de colegio más cuatro o cinco horas de estudio. Pero realmente es como un “guilty pleasure” para mí: me cansaba, pero me encantaba, como esa gente que no puede parar de hacer ejercicio. Es lo mismo”.

Unirse a una lucha

Sin duda, el tutelaje profesional de su padre (pareja de la actriz Bárbara Lennie con la que espera su primer hijo y con quien la joven ha asegurado en más de una ocasión tener una relación muy especial) a la hora de mantener constante su amor por las artes y concretamente por los pentagramas, los ritmos y el sonido ha resultado clave en el progresivo avance de su proyección. “Trato de mantenerme siempre muy dentro de mi núcleo, de estar con mi gente. Al final yo he currado toda la vida con mi padre. Él es mi mánager, mi amigo, mi padre, mi todo. Y los procesos creativos que hemos llevado a cabo a lo largo de este tiempo siempre han sido en familia, de hecho, ahora en San Sebastián he estado muy arropada porque he ido con Bárbara, que estaba presentando tres películas, con mi padre que estaba presentando “Rainbow” y la serie “Fácil” de Anna R. Costa e incluso con Pional, que es amigo, tío y de todo también, con el que he estado produciendo y que me ha estado guiando en el mundo de la electrónica”, señala en última referencia al productor madrileño Miguel Barros, con el que viene colaborando desde sus primeros pinitos musicales.

Dora Postigo durante la presentación de la película "Rainbow" en el festival de cine de San Sebastián
Dora Postigo durante la presentación de la película "Rainbow" en el festival de cine de San SebastiánAlberto OrtegaEuropa Press

Siguiendo la estela de pasarelas, flashes y asimilación lúdica de las telas tan elegantemente practicada por Bimba, otro de sus grandes intereses heredados, tal y como reconoce, es la moda: “Siempre me ha gustado mucho la moda, la ropa, el pelo, el maquillaje. Para mí todas esas cosas son modo de expresarme muy importante y me he movido por modas o estados de ánimo: me he puesto todo tipo de peinados, de prendas… Es algo que marca cada etapa de mi adolescencia. Antes le daba mucha menos importancia a todo esto, pero ahora he sentido que, especialmente, siendo artista, tengo que aprender a dar una imagen. No me gusta gastarme mucho dinero en una prenda, rollo 200 pavos en una cazadora de Balenciaga que esté completamente rota. Si me la dejan pues de puta madre (risas) pero yo personalmente no me lo gastaría”, apunta.

En lo que sí que parece invertir ya no tanto su dinero, sino su tiempo, es en una reflexión más improvisada que meditada sobre la falta de expectativas de una generación, la suya, nacida bajo el marco contextual de la palabra crisis: “Creo que mi generación piensa que todo es una mierda, porque lo es, pero al mismo tiempo hay como una sensación de decir “bueno pues si se acaba el mundo mañana, que se acabe”. Hay tanta mierda en el mundo…Nosotros somos una generación que ha nacido ya con toda esa carga, con referencias negativas constantes, catástrofe tras catástrofe, una pandemia mundial que nos ha marcado mucho en una etapa importante de lo que es nuestra adolescencia. Pero bueno, es lo que tiene no poder elegirlo todo. No sé muy bien qué hay que hacer exactamente para cambiar esto”.

También la defensa de aquellas causas que considera justas parece interesar a la joven promesa: “Me parecen contradictorios algunos perfiles de gente concreta que se ven en Instagram por ejemplo. Me refiero, es muy fácil unirse a una lucha cuando esa lucha significa colgar un post en redes sociales con un mensaje y olvidarte de ello en cuanto apagas la pantalla. Ahora parece que todo el mundo se piensa que unirse a una lucha es visibilizarla y ya está, pero yo creo que no, que hace falta luchar de verdad por las cosas, salir a la calle o hacer donaciones. También creo que depende mucho de los ambientes en los que te muevas. Mis amigos por ejemplo, creo que están bastante concienciados de lo que pasa en el mundo, no son nada machistas”, comparte antes de despedirse risueña: “Después de toda la exposición que he tenido a raíz del estreno de “Rainbow” quiero desaparecer seis meses como mínimo y centrarme en mi música. Este año además tengo el lujo de que tengo tiempo, cosa que no he tenido antes por estar compaginando este tipo de proyectos o cosas que iban surgiendo con el instituto y con el colegio. Toda mi vida ha sido siempre así. Ahora que por fin lo tengo es momento de volcarme al cien por cien en mi música”.