
Lujo
«Porno inmobiliario»: el morbo de la venta de la casa de los 5 millones de los Javis
Una vivienda para fantasear pero difícil de colocar en el mercado. Su nicho: ricos con ansias de exhibir dinero y poder a golpe de talonario

Pese a las palabras que el propio Ambrossi pronunciaba esta semana, dejando en el aire un posible reencuentro sentimental con Javier Calvo en el futuro, la historia de amor de los Javis se antoja más caduca que las hojas de los árboles que estos meses cubren el suelo de El Retiro. Las señales están ahí: a uno le han visto en actitud muy cariñosa junto a otro hombre por la calle, y el otro, el más joven y alto, ha sido relacionado con el cantante Guitarricadelafuente, con el que ha trabajado en «La bola negra».
Pero la señal inequívoca de que los Javis toman caminos separados, al menos en lo que a cuestiones del querer se refiere, es que han puesto a la venta el casoplón que, hasta ahora, había sido su nidito de amor. Se trata de una vivienda que mandaron reformar en 2021 y a la que se mudaron el año pasado, anunciándolo a bombo y platillo con un extenso reportaje en la revista «AD». La casa, diseñada por los arquitectos Benjamin Iborra y Raúl Hinarejos, se erige como una oda al vanguardista universo creativo de la expareja, y cuenta con extravagantes espacios creados a medida para ellos, desde una enorme biblioteca hasta una rojísima –en todos los sentidos– discoteca privada, pasando por una sala de cine. Espacios llamativos pero no siempre apetecibles para posibles compradores, con gustos y necesidades diferentes. El precio de salida se sitúa en torno a los cinco millones de euros, y de lograr venderla, los Javis se estarían embolsando casi tres millones más de lo que les costó en su día, un beneficio que se repartiría entre ambos, puesto que son propietarios de la casa de forma conjunta, al 50 %.
Tal y como LA RAZÓN ha podido confirmar, la vivienda se encuentra entre Húmera y Casa de Campo, una zona de Madrid que en los últimos años se ha convertido en el «place to be» inmobiliario de los más acaudalados. De hecho, cerca de la vivienda de los Javis se encuentra la del cantante Pablo López, ambas sitas entre urbanizaciones de lujo cuyos vecinos fluctúan entre el Ibex 35 y las fortunas sudamericanas que apostaron por cruzar el charco.
Inmuebles, como el de los Javis, con el que el resto de los mortales solo pueden permitirse soñar, alimentando las fantasías de lo que recientemente se ha denominado «porno inmobiliario». El término, acuñado por las principales plataformas de compra-venta de casas, hace referencia a la práctica de un determinado perfil de usuarios que pasan horas viendo casas de lujo sin intención alguna –ni capacidad adquisitiva– de invertir en ellas. Esa insaciable atracción por lo inalcanzable y la intimidad de los otros innata en el ser humano, como el niño que observa un escaparate de golosinas; o Holly Golightly desayunando frente a Tiffany’s.
Una casa «off market»
Pero los Javis han tomado medidas para protegerse de estos pervertidos del «porno inmobiliario» y evitar que fisgones y cotillas curioseen sobre la venta de su casa. La operación se lleva a cabo de forma privada, en un elitista catálogo «off market» al que solo tienen acceso verdaderos interesados y grandes fortunas. «Son casas muy señaladas, reconocibles en muchas ocasiones, y resta privacidad a los propietarios exponerlos libremente. Por eso quieren que se comercialice de forma exclusiva», explican en The Sibarist, inmobiliaria de «casas singulares».
Por su parte, Eusebio García, CEO de Mauritz Home, inmobiliaria boutique, explica que casas como la de los Javis «son difíciles de vender porque se hizo especialmente para ellos, así que hay que encontrar un interesado con los mismos gustos y necesidades que ellos». Aun así, matiza que el mero hecho de que la vivienda sea propiedad de dos artistas «con tan buen reputación en nuestro país puede ser un reclamo» a la hora de venderla. Los ricos más presuntuosos ven en este tipo de operaciones una exhibición de poder y dinero. «Dicen: ‘‘Mira, he comprado la casa de los Javis’’, aunque luego la reformen entera». Estos egos, tan ricos cómo débiles...
Un vecindario de alto nivel -y coste de vida-
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