Nuevas formas de ligar

Los ricos también lloran y alivian su mal de amores como el resto, en internet

Ni la fama ni el dinero garantizan suerte en el amor, por eso es común que los personajes célebres usen aplicaciones para ligar.

Nagore Robles
Nagore RoblesInstagram

Deslizas el dedo hacia la derecha, con suavidad y una media sonrisa y… ¡te encuentras emparejado con tu celebridad favorita! Parece de cuento, ¿verdad? Pero la calabaza, por una vez, se ha convertido en carroza. Y ya no es solamente una fantasía. Vamos descubriendo que el universo de las aplicaciones de citas es campo abonado para más estrellas de las que podemos imaginar. Los bellos rostros de las celebridades buscan el amor por activa y por pasiva en un firmamento repleto de astros. Muchos confirman públicamente y sin tapujos sus éxitos virtuales transformados en reales y analógicos.

Algunas de las aplicaciones para conocer a otras personas y/o entablar una relación se han convertido en clásicos, en mitos, en versiones actualizadas e hipervitaminizadas del «Ars Amandi», el «Libro de Buen Amor» y hasta del «Kama Sutra». Tinder, Badoo, Meetic y hasta Facebook parecían cosa de adolescentes en la estrenada libertad del colegio mayor, pero el asunto ha cambiado, y mucho. Los famosos y famosillos han reparado en la utilidad de esas aplicaciones.

Tras su «traumática» separación de Laura Escanes, Risto Mejide proclama al mundo que está de nuevo abierto al amor y da a conocer Raya , esa aplicación que venía siendo un secreto a voces, ese club exclusivo y privado del ligoteo lujoso, lujurioso, glamuroso y silencioso. Ese club exclusivo y excluyente al que solamente se puede acceder por invitación de un miembro y después de pasar rigurosísimo filtro de un fantasmagórico comité de selección. Ese club, ese «walhalla» con aroma místico reservado a los más ricos, bellos, famosos y solventes. Drew Barrymore, Ben Affleck, Sharon Stone y un alargado elenco de toreros, deportistas de élite, actrices, modelos y cantantes han sucumbido a las románticas y discretas redes de Raya y se ha despertado en el mundo una especie de psicosis generalizada en la que el sentido de la vida consiste en superar la dificilísima admisión en el club.

España necesitaba una aplicación similar adaptada a nuestra idiosincrasia, a nuestras limitaciones emotivas y a nuestra sobreabundancia emocional. Algunos han proclamado a los cuatro vientos que utilizan estas plataformas de ligoteo, incluso creando y promocionando las suyas. Ahí está la mítica Badoo , una especie de coto de caza privado, un requintado cortijo reservado a cacerías discretas, para ese subsector exclusivo, pijo, cayetano, rico, guapo y famoso que no va a tener así que soportar la difícil oposición a miembro de pleno derecho de Raya y que quiere impregnar de lujo silencioso su vida sentimental. Y la providencia, o los hados (jamás el azar) han querido que fuese Nagore Robles la sacerdotisa encargada de oficiar el lanzamiento de una nueva, llamada Visto Bueno, a través de la cual tu familia y amigos pueden ayudar en la difícil tarea de encontrar pareja.

Nagore no liga

 Nagore es vasca, de Basauri. Es guapa sin peros, de rasgos abstractos, con belleza profunda, efectiva, letal, cálida, clásica, cercana, sin estridencias. Es mediática, convincente. Ella pone en valor todo lo que hace o deja de hacer, todo lo que publicita, escoge o rechaza. Es influencer, claro. La singladura de Nagore ha dejado el viaje de Ulises a la altura de un niño jugando al yoyó. No hay debate o tertulia que se le resista. Pero Nagore no liga. Sí, tuvo un novio en su pueblo con el que estuvo a punto de casarse. Fue novia de la emotiva Sofía Cristo y de la emocional presentadora Sandra Barneda. Su apabullante atractivo anula al resto de la concurrencia. Rompió corazones, se lo rompieron y fue dándose cuenta de que esa facilidad para ligar era incompatible con el ligoteo real. Serena su carácter con terapia y un curso de monitora de yoga y haciéndose consciente de sus limitaciones se reconoce usuaria de la famosa app citas , Badoo.

Desde su nueva casa en la urbanización de La Finca, de Madrid, cuenta a LA RAZÓN que confía en Badoo para encontrar de nuevo el amor: «Soy una persona tímida, aunque aparente lo contrario. Las aplicaciones de citas me ofrecen una oportunidad para conocer gente nueva sin tener que enfrentarme al momento de ligar. Soy más de que me liguen».