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Violeta Mangriñán: año de oro con un final amargo

La influencer valenciana hace balance con LA RAZÓN de 2024, marcado por el éxito, pero también por la DANA y la muerte de su abuela

Violeta Mangriñán hace balance de 2024.
Violeta Mangriñán hace balance de 2024.Cortesía de GHD

Violeta Mangriñán (Valencia, 1994) hace balance con LA RAZÓN de un increíble año en lo profesional, pero con un final muy amargo por la pérdida de su abuela y la catástrofe de la DANA en su tierra. Nació a ojos de todos en los realities de Telecinco, y por eso le costó (muy, mucho) que las grandes marcas la tomarán en serio en su papel de influencer.

Ha sabido reinventarse, y ahora es una de las que más triunfa y vende en nuestro país. Tanto es así, que nos citamos con ella en la fiesta de Navidad de GHD, como unas de sus grandes embajadoras en España. No hay nadie que la frene, viene de un matriarcado muy potente, con su madre y su abuela, como grandes referentes. Sabe lo que es trabajar, reinventarse y luchar por sus sueños, y ahora, además de triunfar con sus redes sociales, lo hace con 'Maison Matcha', con el que acaba de abrir su segundo local en Madrid.

Violeta Mangriñán hace balance de 2024.
Violeta Mangriñán hace balance de 2024.Cortesía de GHD

"Comenté en mis redes que estaba pasando mi peor momento, porque me han pasado tantas cosas bonitas juntas en este año, que ahora al venirme todas malas, no he sabido gestionarlo. Pero tampoco me puedo quejar. A lo mejor ese día estaba muy dramática, y tengo el dedito muy caliente, y subo las cosas muchas veces sin pensar. Ha sido un año muy bueno, con un mal final, pero sería injusto quejarme. Esto ha sido porque el 2025 va a ser apoteósico", reconoce.

Dicen que la suerte se trabaja, y la influencer valenciana es claro ejemplo de ello. Ya lo decía Salvador Dalí, "que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí". Y esa es su gran fortaleza en su trabajo, saber hacer de sus críticos, su virtud, y seguir facturando. Porque esta valenciana de armas tomar es de esas personas que no dejan a nadie indiferente y esa es también su gran virtud.

Con la verdad por delante

Lejos de las medias verdades, el postureo y la falsedad que muchas veces reina en Instagram, Violeta Mangriñán siempre habla claro, aunque le cueste ganarse enemigas entre sus propias compañeras. Y lo ha dejado claro durante la catástrofe por la DANA en su Valencia natal. Ella ha estado ayudando desde el principio, y lo sigue haciendo. Pero también ha querido utilizar su altavoz para poner el foco en todas aquellas creadoras de contenido que se han aprovechado de la desgracia ajena para ganar seguidores o un puñado de likes. Porque aunque parezca difícil de creer, haberlas, haylas.

"La DANA en Valencia ha sido terrible, y lamentablemente va para largo. Es muy importante que no nos olvidemos de ayudar, y de utilizar nuestro altavoz para seguir dando visibilidad". Ella siempre está en el foco de la polémica por cada una de sus declaraciones, aunque no lo busque, ni lo necesite para ganar seguidores. Porque ese es el precio de hablar con la verdad en nuestro país.

Violeta Mangriñán.
Violeta Mangriñán.Gtres

Se enamoró de Fabio Colloricchio en «Supervivientes», y desde hace cinco años viven, según los focos, en una constante crisis. "Tengo problemas con Fabio, pero como todo el mundo tiene. Peleo con él porque tenemos dos niñas, y con nuestros trabajos cuesta conciliar. Claro que tengo problemas con él, pero tengo problemas desde hace cinco años, pero cuando eres padre, todo se intensifica. No tenemos una relación perfecta, lo he dicho siempre. Seguimos teniendo nuestras peleas. Hay días que estamos mejor, y otros peor, de eso se tratan las relaciones".

Pero ella sigue a lo suyo, con dos hijas que han heredado su carácter. La doble G (Gala y Gia) viene pisando fuerte. "No han sacado mi carácter, me han santificado. Mi madre siempre me decía, que sus nietas la iban a vengar. Imagínate lo que me espera porque solo tienen nueve meses y dos años. Pero son lo mejor que tengo en la vida. Me quejo mucho porque me gusta quejarme". Y en este proceso, Violeta también ha hablado claro de la maternidad, sin adornos, ni florituras, con su realidad siempre por bandera.

Violeta Mangriñán.
Violeta Mangriñán.@violeta

Los pilares de su vida

Pero como diría Lola Índigo, «no eres mi hater, eres mi fan», y en esas sigue Violeta su camino en redes sociales, como empresaria, y como madre. Un 2024 que ha sido espectacular, con la apertura de su negocio de matcha, del que el pasado viernes abrió las puertas de su segundo establecimiento en Madrid. Pero como siempre, no todo puede ser bueno, el año termina de la peor forma, con el fallecimiento de su abuela materna, que era uno de los grandes pilares de su vida, junto a su madre y su hermana. "Somos una familia de mujeres unidas, y mi abuela era el pilar. Han pasado otras cosas también. A mi madre se le ha muerto su padre, y aunque no tuviéramos relación, ver a mi madre así también me afecta. Yo sabía que mi abuela estaba mayor, y muy enferma, pero uno nunca se hace a la idea de que vaya a ser tan rápido, y me pilló fuera de juego. Al final, uno lo acaba aceptando, porque no queda otra, pero poco a poco".

¿Un deseo para 2025? "Me quedo con todo lo bueno de 2024, y ojalá sea lo menos bueno de 2025. Que tengamos todos salud".