Efecto 4-M
2023: ¿Es posible otro tsunami del PP en el cinturón rojo del Sur de Madrid?
LA RAZÓN reúne a los portavoces “populares” de las cinco grandes ciudades del sur de la Comunidad. Creen que, ahora sí, el cambio es posible
La cita con las próximas elecciones municipales llegará en 539 días. Menos de un año y medio hasta ese momento, en el que también se celebrarán comicios autonómicos. Y en la mente de todos, a izquierda y a derecha, el tsunami electoral que se concretó el pasado 4 de mayo. Ese martes que lo cambió todo. La candidatura liderada por Isabel Díaz Ayuso barrió en la práctica totalidad de las localidades de la región. También en el sur, feudo histórico del socialismo y de la izquierda.
Con porcentajes de voto de entre el 35 y el 40%, la foto final del 4-M abrió la puerta a un cambio de ciclo sin precedentes a nivel municipal que podría cristalizar en 2023. ¿Es posible que el cinturón rojo se tiña por completo de azul tras esas elecciones y el PSOE y sus socios de Podemos y Más Madrid pierdan todo su poder territorial? Para abordar esta posibilidad, LA RAZÓN ha reunido a los portavoces populares de Móstoles, Fuenlabrada, Leganés, Getafe y Alcorcón, las cinco grandes ciudades sureñas, residencia de casi un millón de madrileños. Una suerte de aldeas galas para la formación liderada por Pedro Sánchez y que, en la pasada década, tuvieron –todas salvo Fuenlabrada– el paréntesis de gobiernos del PP durante una o dos legislaturas.
Ahora, el contexto es distinto. Aseguran todos ellos que el 4-M ha despertado la ilusión por el cambio, ha roto el tabú de que el sur le pertenece a la izquierda y ha situado a los actuales alcaldes y alcaldesas de estos municipios ante un espejo poco favorecedor: el de una gestión marcada por los impuestos altos, una tasa de paro elevada, acusaciones de enchufismo a familiares y amigos y, como ha sucedido esta misma semana en Móstoles, la imputación de delitos por parte de los tribunales de Justicia. Desde este escenario, ven factible ese vuelco histórico. Con síntomas que perciben en las calles: «Ahora los vecinos nos dicen con orgullo que ya no son rehenes del Partido Socialista».
Los escándalos de Móstoles
Ha tomado ya el pulso a la calle y por eso la portavoz del PP de Móstoles, Mirina Cortés, vislumbra con optimismo un cambio de ciclo en 2023. «Hemos tenido mucho contacto con los vecinos y avalan esta idea». El 4-M, el PP se situó como primera fuerza política pasando de los 17.752 votos en 2019 a 46.180 votos y eso significa que, después de seis años de gobierno socialista, con Podemos como socio, «la gente mira al PP como solución». Y todo «después de sufrir un gobierno que ha estado de espaldas a los ciudadanos y que ha hecho de Móstoles la ciudad del escándalo, de los enchufes y del trato de favor a las grandes empresas con un modelo de gobierno totalitario, sectario y basado en la imposición y la purga de empleados públicos y funcionarios que no ceden a las imposiciones del propio gobierno local».
En medio de este escenario, los populares de Móstoles toman posiciones para la próxima contienda electoral después de haber hecho autocrítica y de haber aprendido de los errores que permitieron abrir las puertas del gobierno municipal a la alcaldesa socialista Noelia Posse. La misma Cortés admite que entre sus errores pudiera estar que «no supiéramos leer algunas demandas vecinales». Cortés está convencida de que, en 2023, los vecinos pasarán factura a los socialistas habida cuenta de que «el gobierno local es un clon del nacional y por eso el 4-M los ciudadanos dieron la espalda a sus mentiras». ¿Estaría dispuesto el PP a tener a Vox como socio de Gobierno? «No me lo planteo, pero tenemos la capacidad de llegar a acuerdos con cualquier formación que nos permita sacar adelante nuestros compromisos con los ciudadanos», puntualiza Cortés. El viento, de momento, sopla a su favor para que, en el futuro, puedan tomar las riendas de un municipio envuelto ahora en el escándalo y en una crisis institucional sin precedentes, después de que una jueza haya sentado en el banquillo a la alcaldesa y a su Junta de Gobierno por presunta malversación y prevaricación. «La situación es insostenible desde todo punto de vista. Han convertido a Móstoles en la capital del enchufe y de los escándalos judiciales».
Fuenlabrada como Andalucía
«Los vecinos de Fuenlabrada no han probado otra cosa, siempre socialismo». Noelia Núñez aspira a convertirse en la primera alcaldesa del PP en la historia de un municipio gobernado desde hace 42 años por el PSOE. «Es como una pequeña Andalucía dentro de Madrid», asegura. Para explicar la resistencia de los fuenlabreños a la alternancia en el poder, esta diputada autonómica cree que la clave radica en cómo los vecinos han comprobado que «afiliarse al PSOE era la mejor agencia de colocación» posible: «Se ha tejido una red clientelar enorme. Cuando utilizas esa estructura para dar trabajo a mucha gente, romper con eso es complicado, pero estoy convencida de que se puede hacer». Esa puerta abierta tiene que ver, recalca Núñez, con un tabú que rompió en mil pedazos el resultado del 4 de mayo: «Fue un ‘flashazo’ para quitarnos de la cabeza la idea de que el obrero es de izquierdas y los ricos son de derechas. Se ha votado al PP porque es el que ha garantizado que se pueda tener un puesto de trabajo y no quedarse en casa. Mientras en otras regiones se arruinaban, aquí hemos podido salir adelante. Nos han permitido vivir. Quien ha defendido al obrero ha sido el PP y eso la gente lo ha visto».
Del actual alcalde, Javier Ayala, la portavoz popular destaca una gestión «con más sombras que luces» y le afea que aplique el «rodillo» en el día a día. Confía en el cambio porque asegura, orgullosa, que Fuenlabrada «lo tiene todo» para ser una de las ciudades punteras de la región. ¿Gobernaría con Vox si las urnas le dan la oportunidad de ser alcaldesa en 2023? Noelia Núñez tiene clara la respuesta a esa pregunta: «Con el socialismo no voy a pactar. El PSOE que ha pactado con condenadas por malversación y que ha subido los impuestos no va a ser mi compañero de viaje. Nos presentamos contra todo eso. Creo en la libertad con mayúsculas y que no hay que gobernar a costa de todo: con el socialismo no hay nada que hablar».
Sanchismo en Leganés
Miguel Ángel Recuenco reconoce estar «muy cabreado» con la gestión que lidera en Leganés su alcalde, el socialista Santiago Llorente: «Estamos hablando de un empobrecimiento cultural, social y económico. Lo que tenemos es un Gobierno de inútiles. Que las calles estén llenas de ratas no es de izquierdas o de derechas, que durante la pandemia a los comerciantes, pymes y hosteleros les hayan cobrado el 100% de la tasa de basuras es de gente que no tiene vergüenza ni pudor. Que no haya policías es de tíos inútiles. Lo peor no es que sean malos, es que les da igual. Les resbala todo y tengo claro que lo van a pagar en las urnas. Quieren ser unos paniaguados». Y es que considera que «el PSOE ha desaparecido» en esta ciudad para transformarse en otra cosa: «Son todos a imagen y semejanza del sanchismo. Unos parásitos de la administración local».
Lamenta que todo ello haya llevado a un abandono de los servicios públicos que resume en una imagen: «Hay noches en las que sólo sale un camión de la basura y un coche de policía». Apunta al uso de la propaganda por parte de la izquierda como una de sus señas de identidad: «Siempre han defendido el mensaje rancio de que los del PP en estos municipios éramos ricachones. Nosotros somos personas que venimos de la calle y nos hemos pateado todos los barrios. Pero la gente ha percibido que la moto que nos vende la izquierda de que estos del PP son clasistas y vienen de la élite es falsa». Frente al «pasotismo» del actual alcalde, Recuenco reivindica la «ilusión» del 4-M como palanca para que el cambio llegue también a esta zona de Madrid: «Hay una cosa, que se llama “Ayusur”, que es un proyecto que ha marcado la hoja de ruta a seguir».
Getafe, «orgullo comunista»
Si Carlos González Pereira, portavoz del PP en Getafe, tuviera que resumir la gestión de la actual alcaldesa de la ciudad, la socialista Sara Hernández, en una palabra, lo tendría claro: deslealtad. «Están torpedeando las iniciativas positivas para los vecinos, como el Plan Vive para los jóvenes. Se posicionan de forma radical junto al Gobierno de Sánchez». Esa búsqueda de confrontación constante con el Gobierno de Ayuso tiene su origen, según este diputado regional, en la radicalidad que ha abrazado la alcaldesa: «Ha manifestado que está orgullosa de su gobierno comunista». Una circunstancia que, con la vista puesta en 2023, hace tener al portavoz del PP bien pensada su hoja de ruta: «No vamos a pactar con quien se dedica a sacar guías sexuales ni con quien ha sostenido al gobierno más caro de la historia de Getafe ni con quien desarrolla un plan de empleo que sólo beneficia a los afines al PSOE, con sueldos de 90.000 euros cuando en Getafe hay más de 12.000 parados. No nos vamos a conformar con una mayoría minoritaria. Vamos a buscar aquello que ha conseguido Ayuso el 4 de mayo, que es que el PP sea la fuerza más votada en Getafe con 15.000 votos por encima del PSOE».
¿Existe el riesgo de que el tsunami de votos a favor del PP en el sur haya sido un espejismo y no se materialice en 2023? Pereira cree que no: «En el peor momento, el Gobierno de Ayuso ha sido respaldado. El cinturón rojo se ha agotado, se va a convertir en un cinturón azul. Se va a trasladar ese efecto a 2023 por nuestro trabajo y por lo tremendamente mal que lo hace el Gobierno central y los gobierno municipales, porque son gobiernos alejados de los vecinos, que están sólo centrados en sus intereses y metidos en su burbuja. Se ha dado un voto de confianza y una oportunidad a la libertad y al futuro».
Alcorcón, en declive
¿Y cómo está Alcorcón con una coalición PSOE-Podemos? Ana Gómez, portavoz del PP en esta localidad, hace una radiografía en la que este municipio del sur no sale bien parado: «Es una ciudad en declive con ausencia total de la alcaldesa, hemos pasado de ser el segundo municipio más seguro a la posición catorce, está previsto que acabemos con un déficit de 19,4 millones frente al superávit que dejó el PP de 40 millones de euros y, de ser centro de inversiones, a los empresarios huyen mientras el paro va en aumento».
Simplificando: «Alcorcón se ha convertido en una ciudad abandonada y hundida». Pero Gómez está convencida de que el actual gobierno de izquierdas tiene los días contados. Lo nota porque en la sede del partido han aumentado las afiliaciones y en la calle palpa ilusión por el cambio. Para Gómez, uno de los principales problemas es el «radicalismo» del gobierno de Alcorcón. «Vota en contra a todo lo que presentamos. Ya puedes decir que la alcaldesa es muy guapa, que vota en contra», dice entre risas. Pero su gesto vuelve a cobrar seriedad cuando habla de que uno de los problemas más inquietantes es el «afán por clasificar a los vecinos entre los buenos, los que apoyan su proyecto político, y los malos, que son los que lo cuestionan. Han llegado a quitar locales a asociaciones de gente que no pensaba como ellos». Cree que a la izquierda, que ha conformado un gobierno en la localidad «a imagen y semejanza del central», lo único que le ha funcionado ha sido la propaganda. «En 2019 hicieron una campaña de suciedad en contra del PP a través de la empresa pública de basuras Esmasa». Gómez relata la imposibilidad de sacar adelante iniciativa alguna con un consejo de Administración de la empresa en la que tanto PSOE como Podemos, IU y Cs votaban en contra de todo lo que proponía el PP. «Si no hubiera sido por eso, seguiríamos gobernando». Ahora dice que el gobierno local sigue viviendo de esa propaganda. «No tienen vergüenza en anunciar cosas que saben objetivamente que no se van a hacer. Se dedican a contar mentiras».
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