Opinión | A través del espejo

La separación amistosa del Consell de Carlos Mazón

En un año han logrado no generar enemistades, rencillas ni envidias

Vicente Barrera recibe a Carlos Mazón antes de traspasar su cartera de Cultura
Vicente Barrera recibe a Carlos Mazón antes de traspasar su cartera de CulturaAgencia EFE

Al Gobierno de PP y Voxen la Comunitat Valenciana no le ha dado tiempo a caer en la rutina. Los consellers de ambos partidos no han convivido lo suficiente para crear enemistades, rencillas ni envidias. Un año pasa muy rápido y más cuando uno accede a una responsabilidad que estoy segura, supone un cambio radical en su vida. Para todos lo que piensan que llegar a formar parte del Gobierno valenciano es un chollo, les tengo que decir que, salvo contadas excepciones, mantienen un agenda y una exposición pública que puede acobardar al más valiente.

Este puede ser el motivo por el que el traspaso de carteras celebrado el pasado martes desprendiese cariño, lealtad y buenos deseos. O quizás es que realmente entre unos y otros no había tantas diferencias, que se habían creído esto de que habían venido a trabajar en equipo. Hasta que llegó Santiago Abascal y ordenó que se tenía que acabar.

En los gestos y en las miradas se esconden los verdaderos sentimientos y desde la posición de observadora que da el periodismo, mi sensación es que quizás ha habido un poco de todo. Había un equipo motivado al que, cierto es, no le ha dado tiempo a llegar a discrepar demasiado. Habría que haber visto que hubiese pasado el año electoral.

Las muestras de lealtad al proyecto que lideraba el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, que evidenciaron los consellers contrastan con la primera zancadilla que Vox ha puesto al PP en su Consell en solitario. Le ha forzado a tramitar como proyecto de ley el plan Simplifica.

Vox tiene que decidir qué lugar ocupa ahora en el panorama político, como también lo debe hacer el PSPV.

Entre poco y nada ha ayudado su portavoz en la Diputación de Valencia, Carlos Fernández Bielsa, anunciando sin contar con lo que pensase la dirección del partido que estaba dispuesto a pactar con el PP para librarle a las exigencias de Vox. O Bielsa se ha vuelto pactista o busca algo a cambio, que cosas más raras se han visto.