Defensa

Ofensiva militar del PP: más fondos, más efectivos y mejores salarios

Muestra su fuerza en el Senado con varias mociones en las que exige aumentar la plantilla de las Fuerzas Armadas hasta los 140.000 uniformados y una subida de 160 euros mensuales. Las asociaciones reclaman más

Una de las últimas manifestaciones de militares ante el Congreso de los Diputados
Una de las últimas manifestaciones de militares ante el Congreso de los DiputadosEfeAgencia EFE

El PP dispone de mayoría absoluta en el Senado y, desde ahí, es consciente de que puede hacer muchas cosas, tanto para frenar la deriva del Gobierno (tiene capacidad para bloquear los Presupuestos) como para tomar la iniciativa y hacer cambios legislativos. Con tanto margen de actuación e influencia, pese a estar en la oposición, los populares han situado entre sus prioridades a las Fuerzas Armadas y han decidido también lanzar una ofensiva para mejorar las condiciones laborales de los militares y, sobre todo, aumentar la dotación presupuestaria para financiar las nuevas competencias que deben asumir para afrontar los «desafíos» del siglo XXI como la ciberseguridad, sin olvidar la convulsa situación geopolítica.

Además, esta ofensiva de los populares llega en un momento en que los militares vuelven a alzar la voz con exigencias al Gobierno. Esta misma semana, las cinco asociaciones con representación en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas unieron fuerzas para reclamar al Ministerio de Defensa una mejora en sus retribuciones, las cuales calificaban de «vergüenza». Y eso que entre los años 2020 y 2021 el Ejecutivo llevó a cabo una serie de cambios que supusieron un incremento de entre 40 y 113 euros en sus nóminas. «Insuficiente», han repetido desde entonces, más desde que comenzaron a asumir responsabilidades cada vez más demandantes, tanto en el ámbito propiamente castrense como en el civil.

Este malestar queda recogido en una serie de iniciativas parlamentarias que ha registrado el PP en la Cámara Alta, en las que se insta al Ejecutivo a ir más allá. Y lo que piden no es nuevo: más militares, más fondos para contar con los mejores materiales y sueldos más altos para acabar con el «desequilibrio salarial existente entre los profesionales de las Fuerzas Armadas y el resto de empleados públicos». Y, con ello, atraer talento.

129.350 efectivos

En los últimos días, el Grupo popular en el Senado se ha puesto en marcha con un asunto que ya incluía en su programa para las generales del 23J y que ahora en cierto modo desempolva, sabedores de que los socios del Gobierno de Pedro Sánchez tienen también en el punto de mira a las Fuerzas Armadas y ya se han cobrado, por ejemplo, los cuarteles de Loyola. No en vano, es un colectivo muy importante, con 129.350 efectivos que llevan años clamando por mejoras, con varias manifestaciones incluso ante el Congreso.

Porque hasta ahora, los pasos dados por el Departamento que dirige Margarita Robles en este sentido no han contentado a los uniformados, entre otros motivos porque no se reconocen las particularidades de la profesión militar, como las guardias, la movilidad geográfica o el riesgo.

El principal gesto de Defensa en materia retributiva tuvo lugar entre 2020 y 2021, cuando se llevaron a cabo varias modificaciones y se subieron ciertos complementos que aumentaron los salarios de los uniformados entre los 40,1 y los 113,1 euros, según el empleo y el destino. Un incremento, el primero desde 2005, del que el Gobierno sacó pecho mucho tiempo: «Tiene que gobernar la izquierda para que se mejoren las retribuciones del personal militar», dijo la entonces subsecretaria de Defensa, Amparo Valcarce.

En concreto, el Ministerio adaptó el Complemento de Empleo de soldado y marinero al nivel 14, mínimo del complemento de destino del funcionario (anteriormente su nivel era el 13 y las asociaciones reclamaban el 16). También incrementó las cuantías de los 13 primeros tipos del Componente Singular del Complemento Específico asignado a los puestos que pueden ser ocupados por el personal militar. Se trata de la parte del sueldo que «retribuye las especiales condiciones en que la unidad de destino desarrolla su actividad, así como, dentro de ella, las particulares condiciones de responsabilidad, preparación técnica, peligrosidad y penosidad del puesto». Y revisó el Componente General del Complemento Específico, lo que se percibe en función del empleo, siguiendo un orden jerárquico dentro de cada categoría, para adecuarlo a las necesidades del personal de las Fuerzas Armadas. Aumentó entre un 3 y un 13,1%. Por último, atendió a una de las reivindicaciones históricas de los militares: la eliminación del recorte retributivo al personal en reserva al cumplir 63 años.

Eso sí, Defensa no dudó en sacar pecho también del aumento derivado de otras medidas generales del Gobierno, como por ejemplo la subida del 0,9% para todos los empleados públicos.

Y aunque las asociaciones no vieron con malos ojos un aumento, aunque fuese pequeño, seguían sintiéndose engañados, por lo que no dudaron en continuar con sus protestas y manifestaciones.

Y en su particular batalla han llegado hasta los partidos políticos con cada campaña electoral, planteándoles sus necesidades y pidiéndoles apoyo. Muchos incluían algunas de sus demandas en sus programas, pero se quedaban ahí. Ahora, el PP se hace eco de alguna de esas peticiones en las tres mociones presentadas.

La primera se centra en el presupuesto de Defensa y en ese 2% del PIB comprometido por el Gobierno para 2029 (cinco años más tarde del plazo inicial). Los populares lo consideran «una necesidad de cara a garantizar las coberturas de las necesidades de la Defensa desde una óptica meramente nacional». Y aunque aplauden la intención, no se fían, por lo que exigen establecer un «programa plurianual de crecimiento sostenido» que lo garantice, comenzando en 2024. Un aumento de los fondos en el que incluyen también un reparto de cargas diferente, pasando del 55% de gastos de personal y el 45% para equipamiento a un 40-60, respectivamente. Algo que no afectaría a la dotación para los uniformados, pues en términos absolutos habría muchos más fondos.

Más dinero con ese 2% del PIB pero también más militares. Concretamente, el PP quiere, al menos, 10.650 efectivos extra, pasando de los 129.350 actuales (130.190 hace un año) a 140.000. ¿Por qué? Por los nuevos «cometidos que las Fuerzas Armadas han ido asumiendo a lo largo de los últimos años sin que se haya producido ningún incremento significativo de efectivos» desde 2007. De hecho, denuncian «el impacto negativo en la operatividad» que ha tenido la disolución de unidades, algunas «con importante significado estratégico», como en Ceuta y Melilla con la II y V Bandera de la Legión. Y como ejemplo de esta necesidad hablan también de los programas de armamento y la importancia de contar con «recursos humanos adecuados, tanto en cantidad como en calidad», para gestionarlos. Incluso piden abrir el melón del límite máximo de efectivos marcado por ley para que sea «más elevado».

320 millones de gasto

Y, por último, el tema más espinoso, el de los sueldos. Aquí, el PP refleja prácticamente las mismas medidas que hace pocos días planteó, «como mínimo», la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (Asfaspro). En concreto, un aumento lineal de 160 euros mensuales con independencia del empleo: 60 en el Componente General del Complemento Específico y 100 en el Complemento Singular. Ambos, a partir de los Presupuestos de este año.

Junto a esto, piden «incrementar en un nivel de calificación administrativa a todos los profesionales entre teniente y sargento», pasando este último empleo del 19 al 20, «el mínimo asimilable a los funcionarios de categoría A2». Unas actualizaciones salariales que supondrían un gasto de 320 millones.

Y es que, en su último informe correspondiente a 2022, el Observatorio de la Vida Militar avisaba: «Las retribuciones de los militares han quedado profundamente desfasadas».

El PP tiene intención de llevar estas mociones a la Comisión de Defensa del Senado y, aunque las iniciativas no son vinculantes porque no obligan al Gobierno a cumplirlas, sí permite generar debate y ver qué postura tiene cada partido, puesto que las iniciativas se votan. Con un PP con mayoría absoluta, es evidente que cualquier iniciativa que presente en el Senado será aprobada; la cuestión está en articular mayorías en el Congreso para que las iniciativas que se tramiten en el Senado puedan continuar su recorrido parlamentario con éxito en la Cámara Baja. Es decir, se acaben aprobando y tengan efectos.

En este sentido, en el área de Defensa, el PP tan solo tiene al PSOE y a Vox como potenciales aliados para poder impulsar y mejorar las condiciones de las Fuerzas Armadas, porque ni Junts ni PNV se van a prestar a tenor de la hostilidad que siempre han mostrado, porque perciben al colectivo militar como un «enemigo» para sus objetivos políticos.

Las asociaciones exigen más: «Estamos muy mal»

«El que haya militares manifestándose por sus retribuciones hay que entenderlo como lo que es: que estamos muy mal para que lleguemos a ese extremo». Quien habla es Miquel Peñarroya, presidente de la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas (Asfaspro), una de las cinco firmantes del comunicado en el que denunciaban la «inacción» y el «menosprecio» de Defensa. Según explica a LA RAZÓN, la situación de los uniformados es cada vez peor y, salvo un cambio, vaticina un difícil futuro para las Fuerzas Armadas: «¿Quién va a querer venir en unos años?, se pregunta mientras deja claro que «la carrera militar es menos atractiva que nunca».

Tanto Asfaspro como el resto de asociaciones reclaman un mayor aumento que el que, por ejemplo, propone el PP, aunque sí que, como dice Peñarroya, «sería un primer paso, una inyección de moral». De hecho, lo que plantean los populares es el «mínimo» que exigieron ellos hace pocos días. Y es que, recuerda, «la mayoría de soldados apenas cobra 1.200 euros» y muchos «valoran irse a la Guardia Civil». Porque están «hartos de halagos» y del «salario emocional», puesto que «de eso no se vive», sentencia.

Desde la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), su presidente, Marco Antonio Gómez, también considera que tanto el anterior aumento como estas propuestas no son suficientes, por lo que reclama a los partidos que, al menos, se pongan de acuerdo en estos «mínimos». Ellos, por ejemplo, hablan de una subida lineal de 400 euros en el Componente General del Complemento Específico y otra de 200 en el Singular. Además de acabar con el Complemento de Dedicación Especial por su carácter «subjetivo» y retribuir las guardias o las horas extras.

En esa línea es en la que se mueven el resto de asociaciones con representación en el Consejo de Personal y que ahora han unido fuerzas: la Unión de Militares de Tropa (UMT), la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME) y la Asociación Profesional de Oficiales de Carrera de las Fuerzas Armadas (Aprofas).