Opinión | A través del espejo
La Valencia verde merece más
El juego político y el negacionismo climático marcan la Capital Verde Europea
A Valencia le quedan seis meses de Capitalidad Verde Europea. En octubre de 2022 consiguió este reconocimiento para 2024. Recuerdo aquella tarde con emoción. Valencia, por fin, volvía a ganar algo. El alcalde Joan Ribó, la vicealdaldesa Sandra Gómez y el vicealcalde Sergi Campillo saltaron de alegría con la noticia. Fue una imagen de unidad bastante insólita para aquella última legislatura de PSPV y Compromís.
Con el cambio de Gobierno, la alcaldesa María José Catalá cogió el testigo a pocos meses de que comenzara el año de la capitalidad. Primero tuvo que decidir cómo lidiar con Vox esta cuestión y decidió que se llevaría directamente desde Alcaldía.
Lamentablemente sus socios de Gobierno tienen entre sus principios no apoyar nada que huela a «verde» ni «cambio climático». Es más, el segundo teniente de alcalde, Juanma Badenas, aseguró que había asistido a la inauguración de la capitalidad verde por «respeto institucional» porque «no cree en la Capitalidad Verde Europea».
Si complejo es tener que lidiar con esta situación, que a estas alturas del año el Gobierno central, que tanto presume de trabajar por la transición ecológica, no haya aprobado medidas de apoyo es indignante.
A estas dos circunstancias hay que añadir el juego político que han encontrado Compromís en esta cuestión.
El pleno de Les Corts rechazó una Proposición No de Ley en Les Corts para pedir el apoyo de la Generalitat a esta declaración y a rechazar «políticas negacionistas». PP y Vox rechazaron la propuesta con el «no» voto de la también diputada María José Catalá. Asegura que se despistó en el momento de pulsar el botón.
Los populares argumentaron que la proposición de Compromís no iba al fondo de la cuestión que es, la implicación del Gobierno de Sánchez.
Valencia merece más. Al menos, podrían ponerse todos de acuerdo en esto.
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