Oreja importante para El Juli en tarde tibia
Costó un mundo encontrar la localidad. La mitad de la plaza andaba loca buscando su sitio, mientras los acomodadores, cuando los encontrabas, jugaban al escondite con tu asiento. Casi imposible la historia. Difícil hacerse con el enfado, después de que te echaran dos veces del lugar y una vez hallado el propio resultar estar ocupado. La ley de la selva. Pero la plaza no podía estar más bonita.





















