Rudolf Nureyev y Erik Bruhn, el amor nunca bailó tan bien
Eran los dos mejores bailarines del mundo y su admiración mutua derivó en una relación intensa y pasional que colocó a la figura del bailarín clásico en cotas nunca antes vistas
Eran los dos mejores bailarines del mundo y su admiración mutua derivó en una relación intensa y pasional que colocó a la figura del bailarín clásico en cotas nunca antes vistas