En un contexto laboral cada vez más exigente, los profesionales valoran trabajar en compañías que promuevan el bienestar, la igualdad, la conciliación y la diversidad. Contar con políticas reales en estos ámbitos no solo mejora el clima laboral, sino que se traduce directamente en mayor rendimiento empresarial. Según estudios recientes, las compañías que invierten en el desarrollo y bienestar de sus equipos alcanzan un 21% más de rentabilidad, un 17% más de productividad y hasta un 41% menos de absentismo laboral. Además, el 86% de los profesionales no consideraría trabajar en una empresa con mala reputación como empleadora, lo que convierte la experiencia del empleado en un factor crítico de competitividad.